Montar un negocio familiar es una de las prácticas comerciales más comunes en México. De acuerdo con datos del INEGI, 9 de cada 10 empresas en el país son familiares, y aportan alrededor del 70% de los empleos a nivel nacional. Estos datos reflejan que este estilo de negocio suele ser rentable y, por lo tanto, útil para los clientes.
Los lazos consanguíneos pueden ser una ventaja, ya que el nivel de confianza que hay entre los miembros de una familia puede fortalecer el proyecto a largo plazo. Sin embargo, también existen desventajas, por ejemplo, conflictos fuera del ambiente laboral que pueden entorpecer el trabajo. Para aprovechar las fortalezas y enfrentar los retos que implica, en este artículo conocerás cómo gestionar un negocio familiar.
Transformar procesos
En muchas ocasiones, los negocios familiares conservan prácticas tradicionales y procesos que siempre se han llevado a cabo de la misma manera. Aunque esto puede ser un distintivo de los productos y servicios que se ofrecen, la acumulación de prácticas obsoletas, especialmente en la parte financiera, operativa y administrativa, puede poner en riesgo la estabilidad de un negocio familiar. Transformar procesos y actualizar las dinámicas de trabajo, por ejemplo, en el manejo de la contabilidad o el proceso de cobranza, puede ser de utilidad para gestionar mejor un negocio familiar y aumentar la productividad, expandirse y crecer.
Ofrecer igualdad de oportunidades
Para crear un buen ambiente de trabajo, es importante motivar al personal que no tiene relación de parentesco ofreciéndoles oportunidades de crecimiento, por ejemplo, la posibilidad de aspirar a roles directivos, de acuerdo con las capacidades de cada persona. Esto ayuda a que el personal se sienta comprometido con los valores y objetivos del negocio, y permite a la empresa familiar aprovechar los talentos de las personas que trabajan en ella, sin importar si son parte de la familia. Es importante establecer con claridad en un organigrama cada uno de los roles para evitar malentendidos y disputas.
Separar el ámbito laboral del familiar
Tener vínculos familiares en el trabajo puede ayudar a crear valores sólidos, pero también puede desencadenar problemas en el hogar. Del mismo modo, los problemas personales pueden entorpecer la relación de trabajo. Para mantener un equilibrio entre ambas esferas, hay que evitar trasladar los conflictos del negocio a casa y viceversa.
Planificar el proceso de sucesión
La gestión de un negocio familiar implica tomar decisiones estratégicas que ayuden a construir una organización estable. En este sentido, para que el negocio pueda sobrevivir a quienes lo fundaron, hay que planear con tiempo el proceso de sucesión. Por ejemplo, para que el negocio perdure tras el cambio de administración de una generación a otra, la persona que vaya a hacerse cargo debe profesionalizar sus conocimientos sobre el sector antes de asumir el liderazgo y, de ser necesario, contratar talento externo.
Aprovechar los cambios generacionales
Cada generación puede aportar nuevos conocimientos e instrumentos de innovación, por ejemplo, integrar herramientas tecnológicas y utilizar estrategias de marketing digital para mantener en constante crecimiento y actualización un negocio familiar. En la era digital, incluir métodos de pago alternativos al efectivo puede ser una de estas herramientas. Aliados como Evo Payments cuentan con soluciones digitales para aceptar pagos con tarjeta, lo cual es clave para aumentar la competitividad del negocio.