El agotamiento, la insatisfacción, un mal ambiente de trabajo, la desmotivación y el desequilibrio entre la vida laboral y personal pueden provocar una renuncia silenciosa, es decir, una actitud de mínimo esfuerzo al llevar a cabo las actividades laborales. Si las y los colaboradores no trabajan con compromiso y dedicación, resulta más complicado cumplir los objetivos del negocio.
De acuerdo con el Termómetro Laboral de OCCMundial, 30% de la población trabajadora en México podría disminuir su rendimiento en el trabajo debido a factores como bajos salarios y un mal liderazgo. En este artículo te presentamos cinco consejos para combatir la renuncia silenciosa en tu negocio.
Fomenta la comunicación
Escuchar a tu personal te ayudará a identificar malas prácticas y corregirlas. La solidaridad y la empatía deben ser la base de la comunicación con tu equipo, de lo contrario, la gente se sentirá poco valorada y esto puede mermar su productividad.
Disminuye la carga de trabajo
En cualquier negocio pueden surgir tareas que requieran de mayor tiempo y atención. Sin embargo, si este tipo de situaciones se vuelve una constante en la jornada laboral, las personas pueden sentirse cansadas y abrumadas. Es importante priorizar y distribuir actividades para no saturar la carga de trabajo habitual, y con ello, evitar la renuncia silenciosa.
Cuida la salud mental
Brinda prestaciones o permisos especiales para que las personas atiendan su salud mental, ya que muchas veces la rutina o los problemas personales afectan la productividad. Cuando las personas se sienten equilibradas física y emocionalmente, pueden generar más y mejores ideas.
Promueve el crecimiento profesional
Uno de los factores que intervienen en la retención de talento y la disminución de la renuncia silenciosa es el desarrollo de nuevas habilidades y la actualización de conocimientos dentro del espacio de trabajo. Si le brindas a tu personal capacitaciones y cursos, tendrán más herramientas para generar mejores resultados.
Brinda salarios competitivos
El cumplimiento de metas puede ser remunerado con incentivos no económicos, por ejemplo, días de descanso o flexibilidad de horarios. Sin embargo, brindar salarios competitivos es indispensable para retener al capital humano y valorar sus habilidades.
FUENTES: